Un nadador en el agua con lluvia en el horizonte.Crédito de la imagen:Jan Roode/iStock/Getty Images
Parte de sacar el máximo provecho de la natación es tener pleno conocimiento de la seguridad en el agua, lo que incluye procedimientos adecuados para las inclemencias del tiempo, especialmente durante la lluvia y las tormentas. El lema de seguridad del Instituto Nacional de Seguridad contra los Rayos respecto a la natación durante las tormentas es: «Si puedes verlo, huye; si puedes oírlo, acláralo». Esto significa que, aunque la lluvia en sí no supone necesariamente una amenaza para la seguridad de los nadadores, los truenos y relámpagos pueden desarrollarse rápidamente y provocar un riesgo. Consulte con el socorrista de su piscina o playa antes de entrar en el agua cuando esté lloviendo.
Piscinas
Un rayo puede caer con la misma facilidad sobre algo conectado a la piscina, como una tubería de agua, que sobre la propia piscina, lo que significa que tanto las piscinas cubiertas como las descubiertas deben evitarse durante una tormenta que contenga truenos y relámpagos. Vuelva a la piscina sólo cuando no haya oído ningún trueno durante al menos 30 minutos.
Aguas abiertas
Los vientos fuertes pueden afectar a las condiciones del agua y a las corrientes, especialmente en los océanos. Las lluvias torrenciales pueden dificultar la visibilidad de la orilla y desorientarle. Además, las lluvias pueden hacer que las bacterias y otras materias nocivas sean arrastradas al océano y a las vías fluviales; por lo tanto, debe evitarse nadar durante las fuertes tormentas y entre 12 y 24 horas después.